Elden Ring… El juego que me ha dado tantas horas de entretenimiento, frustración, y más de un grito al televisor. Lo que FromSoftware ha hecho aquí no tiene nombre, pero como somos educados, llamémoslo una obra maestra del masoquismo interactivo. Si no habéis oído hablar de Elden Ring antes, ¿en qué cueva habéis estado viviendo? Y si habéis oído hablar, pero no lo habéis jugado… dejadme que os cuente por qué deberíais, aunque solo sea para descubrir cuántas veces podéis morir antes de lanzar el mando por la ventana.
¿De qué va Elden Ring?
Vale, empecemos con lo básico. Elden Ring es un juego de acción y rol que se desarrolla en un mundo abierto masivo y brutal, diseñado para hacerte sentir insignificante y a la vez invencible (según el momento y el jefe que tengas delante). El mundo está en ruinas, y tú, un pobre desgraciado conocido como «Sinluz», tienes la tarea de encontrar los fragmentos del Anillo de Elden, un objeto legendario destrozado que lo controlaba todo. Tu misión: convertirte en el Señor de Elden y restaurar el equilibrio en este mundo destrozado. ¿Fácil, no? Bueno, sí, fácil si disfrutas siendo aplastado repetidamente por criaturas de pesadilla.
El juego, además, tiene el toque narrativo de George R.R. Martin, ese escritor que nos enseñó que ningún personaje está a salvo. Así que, ya os podéis imaginar: traiciones, tragedias y un lore que va más allá de lo que podéis absorber en una primera partida. Y si no entendéis del todo la trama al principio, tranquilos, es normal. Entre jugar y leer la wiki de Elden Ring os podéis sacar un máster en historia ficticia.
Mi Experiencia: El Reto, el mando y Yo
Este no es el juego más difícil de la franquicia Souls, pero no me malinterpretéis: sigue siendo tan despiadado como suena. ¿He gritado? Pues claro. ¿He amenazado con no volver a jugar? Cada maldita vez. Pero luego, 30 minutos después, ahí estaba yo, de vuelta en el mundo, porque lo cierto es que no puedes dejarlo. Te atrapa con ese desafío constante que te hace preguntarte: «¿De verdad soy tan malo en esto?» Solo para luego derrotar a un jefe y sentirte el rey del universo.
Builds y Clases: Un poco más fino esta vez
En anteriores juegos de FromSoftware, mi estilo era, digamos, directo. Yo tener palo, yo chafar cabeza, estilo unga-bunga para los entendidos. Pero con Elden Ring decidí refinarme un poco. Opté por un híbrido de magia, fuerza y fe, porque oye, ya iba siendo hora de aparentar un poco más de elegancia. Y aquí debo rendirle homenaje a mi mejor amiga, la Hoja Blasfema. ¿Qué habría hecho sin ella? Ah, querido espadón, ¡tantas cabezas de enemigos rebanadas gracias a ti! Aunque claro, todo con un toque de magia, porque simplemente lanzar hechizos y correr me habría aburrido como una ostra.
El Mundo de Elden Ring: Enorme, pero no te pierdes
El mapa de Elden Ring es colosal, pero no me he sentido perdido en ningún momento. Es cierto que algunas veces cuesta encontrar a ese personaje paranoico que se esconde tras una roca para avanzar en su quest (confieso, tiré de guías), pero en general, la exploración es un auténtico placer. Cada rincón tiene algo, ya sea un tesoro que parece estar ahí para recompensar tu curiosidad o un enemigo oculto que salta para partirte en dos. Cada castillo, bosque y cueva tiene algo nuevo que ofrecer, algo que te atrae para ver qué más te puede matar hoy.
Jefes Memorables: Radhan y Malenia, para chuparse los dedos
Si hablamos de jefes, tengo que mencionar dos que me han marcado profundamente: Radhan y Malenia. No solo por su dificultad (aunque sí, lo son), sino por el puro arte de su diseño. Radhan es una especie de titán que podría haber salido directamente de un mal sueño de Tolkien, mientras que Malenia tiene la clase de presencia y estilo que te hace pensar: «Quizás debería dejar que me mate, por pura estética». La verdad es que, a veces, te preguntas si los desarrolladores disfrutan demasiado viendo cuánto pueden hacerte sufrir mientras disfrutas del paisaje.
Narrativa Críptica: GRR Martin haciendo de las suyas
Como buen juego de FromSoftware, la narrativa no es exactamente directa. Hay que leer, investigar y teorizar (o, seamos realistas, tirar de la wiki). Pero, sinceramente, me encanta. Si George R.R. Martin está involucrado, ya sabes que habrá capas y capas de traiciones, linajes destruidos y reinos colapsados. ¿Quién necesita una historia lineal cuando puedes estar eternamente confundido y al borde de descubrir la verdad? La historia de fondo de Elden Ring es fascinante, aunque te aseguro que necesitarás más de una partida (y una buena dosis de artículos online) para armar el rompecabezas.
Estilo Visual: Sorprendente a estas alturas
Lo confieso: pensaba que ya había visto todo lo que FromSoftware tenía para ofrecer en cuanto a diseño artístico. Pero no. Con Elden Ring, siguen encontrando formas de sorprenderte. Desde los vastos castillos hasta las criaturas grotescas que parecen sacadas de una pesadilla, el estilo visual es impresionante. Es familiar en cierto sentido (si has jugado a Dark Souls o Bloodborne sabes de lo que hablo), pero también hay algo fresco en la forma en que han construido este mundo abierto. Todo tiene un toque nuevo, pero con ese inconfundible aroma a «esto me va a matar de un golpe».
Comparando Elden Ring con los otros Souls
Sí, he jugado a Dark Souls, Dark Souls 2 y, por supuesto, Bloodborne. Hasta ahora, Bloodborne era mi favorito, porque, vamos, ¿un juego inspirado en Lovecraft con el toque cruel de FromSoftware? ¡Me tenían comprado desde el minuto uno! Pero Elden Ring ha subido el listón con su mundo abierto, su toque medieval y su impresionante variedad de escenarios. Todo se siente más amplio, más libre. Y lo mejor: puedes perderte por horas y, en vez de frustrarte, sigues explorando.
Conclusión: ¿Vale la pena?
Si todavía no has jugado Elden Ring, te lo diré claro: hazlo. Pero prepárate para morir. Y luego volver a morir. Y justo cuando pienses que lo tienes todo bajo control… morir de nuevo. Pero entre cada muerte, te encontrarás envuelto en uno de los mundos más ricos y desafiantes que existen. Si te gusta la exploración, el reto y sentirte insignificante ante monstruos del tamaño de un edificio, este es tu juego. Y si no te gusta todo eso… bueno, siempre puedes quedarte con los vídeos de gatos.
Que el Anillo de Elden os guíe, o al menos os dé paciencia.